Todos los componentes de un ordenador, aunque se encuentren correctamente conectados, no son capaces de realizar tarea alguna por sí solos. Necesitan una serie de instrucciones, un soporte lógico que armonice los distintos elementos y consiga que trabajen coordinadamente para realizar las funciones que esperamos de ellos. Este tipo de programas se conocen como sistema operativo y son responsables del control de los dispositivos físicos, del proceso de almacenamiento o generación de la información y de la ejecución de las aplicaciones.
Muchas de las tareas propias de un sistema operativo son y deben ser supervisadas. Para ello, proporciona la interfaz de usuario que permite acceder a los dispositivos a través de la interacción con el sistema. En un principio, los sistemas operativos ofrecían una interfaz de texto, sin embargo, cada vez más, es posible interactuar con el ordenador a través de un interfaz gráfica que permite una mayor facilidad de comunicación aunque sacrificando, a veces, la precisión.