Linux, como la mayoría de sistemas operativos evolucionados, no permite que los dispositivos de disco extraíbles como el CD-Rom o los disquetes, se retiren del equipo cuando alguna aplicación los está utilizando, evitando así que se destruyan documentos accidentalmente o que los programas que puedan estar usando algún recurso de un disco extraible se vuelvan inestables al no encontrar el dispositivo. Para ello utiliza un sistema de montaje y desmontaje de unidades que garantizan la estabilidad del sistema.
Cuando necesitamos acceder a un CD-Rom, a una partición de nuestro disco duro, o a un disquete necesitamos "montar" previamente el dispositivo, es decir, estos elementos no están identificados con una letra de unidad, sino que pueden formar parte de cualquier carpeta en nuestro sistema y hemos de indicarle que incorpore los contenidos al árbol de directorios para que nos permita acceder a ellos. Normalmente este proceso se encuentra ya automatizado en entorno gráfico, de modo que al introducir un CD, automáticamente Linux lo detecta y lo incorpora a la jerarquía de ficheros para que podamos usar la información que contiene. Aunque podemos elegir con total libertad en qué directorio montaremos estos dispositivos, lo usual es hacerlo en /mnt/cdrom para el CD y en /mnt/floppy para los discos flexibles.
Para dejar de utilizar estos recursos hemos de "desmontarlos", de esta forma el sistema nos permite extraerlos tras asegurarse que ninguna aplicación está accediendo a ellos.